Para celebrar la edición 16 de DocuLab, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara propició una charla de industria con dos de los realizadores de documental más prolíficos en la lengua hispana: el documentalista mexicano Juan Manuel Sepúlveda, y el documentalista español, Joan López Lloret.

 

Ambos platicaron sus opiniones acerca de la profesión, el “boom” actual del documental, y sobre todo sus inquietudes y observaciones respecto a cómo se crea y consume documental en la actualidad.

 

“La realidad vende y vende mucho. Hay un delirio por la realidad”, expresó Juan Manuel Sepúlveda, refiriéndose a la manera en que el documental se presentó como una alternativa fresca a todo el contenido en las plataformas de streaming que sigue los mismos esquemas que todo lo que le precedió. Pero también señala, irónicamente, es ahora el documental el que empieza a ser producido con base a esquemas, con agendas políticas y mensajes muy específicos detrás.

 

Hablaron de cómo las plataformas han invertido mucho en producciones documentales para diferenciar su contenido de otras plataformas, pero señalaron que es esa misma estrategia la que está convirtiendo el cine en algo cada vez más cercano a un contenido de consumo, y cada vez más alejado de la experiencia estética.

 

Joan López Lloret eseñaló que fuera de temas muy selectos y llenos de morbo como historias de asesinatos, abusos o celebridades, ya no hay espacio para otro tipo de historias, y que por consecuencia, llega a dificultar muchas de las producciones de otros documentales que buscan relatar otras cosas. 

 

También denunciaron muchas de las prácticas actuales en el documental, particularmente aquellas centradas en victimizar a las víctimas (deshumanizando a las personas documentadas en el proceso), y aquellas que forzosamente presentan idealismos sin criticar a los mismos. O en palabras de Juan Manuel Sepúlveda, un cine “más sumiso al ego… sumiso a agendas políticas… complaciente”.

 

Ambos también destacaron la importancia de ver la realización como una profesión, de deslindarla de la idea romántica e individualista del culto al autor, y verla como una carrera profesional, fundamentada en un oficio que se debe aprender y que es realizado por personas que deben ser remuneradas adecuadamente.

 

La charla terminó con ambos realizadores señalando cómo el cine actual ya no hace pensar, que ya no cuestiona al espectador ni las temáticas que deciden abordar, y recalcaron la importancia de contar historias que cuestionan la realidad en la que se vive, que mueva a la audiencia y la haga reflexionar.

 

“Hay que luchar por hacer cosas que te hagan pensar. No la gran reflexión, pero que te haga pensar”, señaló Joan López Lloret